Cecilia Rius nació en Londres en 1975.
Al acabar sus estudios en la facultad de Bellas Artes de Madrid, sus primeros pasos se encaminaron hacia el diseño gráfico, maquetación de revistas, diseño de páginas web y catálogos promocionales. Pero pronto se sentió atraída por la imagen tridimensional, el objeto. Comencé diseñando lámparas en una empresa industrial.
Al poco tiempo se trasladó a Filipinas durante unos meses para aprender otros sistemas de producción y allí su inspiración se alimentó con todos los nuevos materiales y técnicas que fue descubriendo. Aquel viaje también me permitió aprender a valorar mi cultura, sociedad y ubicación geográfica y así fue como decidí quedarme en Madrid.
Mientras caminaba en este proceso de creación, descubrió, que por encima de todo, necesitaba utilizar sus manos para crear. Tocar y entender de una manera más directa y comprometida la materia prima con la que trabajaba.
Estudió joyería y modelado de ceras, interesada por la simbiosis entre joyas y esculturas. Quería profundizar en un producto industrializado pero no perder de vista la riqueza de una fabricación artesanal. La joya representaba un producto modelable y escultórico, sin renunciar a que pudiera llegar a más gente.
Al acabar su primera colección de joyería, su interés se centro en poder comercializarla. Así nació su momento emprendedor, creando un lugar único en Madrid, La Pezera, un negocio de fabricación y venta de diseños a medida.
No sólo creaba joyas, sino todo tipo de complementos artesanales: broches, bolsos y especialmente tocados tan personales que la gente adquiría porque las consideraban pequeñas obras de arte.
En este periodo empresarial continuó necesitando expresar su creatividad a través de elementos o caminos más arriesgados y menos comerciales.
Se atrevió a explorar otros senderos siguiendo sus inquietudes a un nivel más espiritual y esto le llevó a formarme como maestra de Reiki y descubrir una vía de sanación y crecimiento que supuso un gran cambio en mi.
En esta búsqueda, también acabó encontrando una técnica plástica que le permitía dar forma a sus emociones y a la vez dar vida a objetos desechados, objetos que encontraba por la calle, que parecían carentes de interés, y convertirlos en obras de artes. Al mismo tiempo, todo este trabajo de búsqueda fue acompañado de una búsqueda personal, de una búsqueda profunda y determinada, la búsqueda de mi verdadero Ser.
Cecilia embarcó en HUNNA, algo que nace desde el corazón, desde las ganas de crear y de crecer, desde la unión y la integración de todo lo anterior, un paraguas para poder crear aquello que nazca de mí, sean joyas, arte o simplemente una emoción.
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